Vivir un año en el extranjero te cambia la vida. ¿De qué manera? Nos gustaría explicarte las razones por las que estudiar en el extranjero cambiará tu vida y darte algunos ejemplos para que tu estancia sea un éxito.
Cuando hablamos de vivir un año en el extranjero, la mayoría pensamos en aprender un idioma y ser bilingües. Algo que nos abrirá las puertas para el futuro profesional y nos brindará más oportunidades en el mundo laboral. Participar en un programa académico a largo plazo significa una inmersión total en la vida de otro país y la mejor manera de aprender un idioma.
Ahora, imagínate viviendo con una familia y comunicándote con los amigos que sólo hablan inglés contigo, nada de español. Después de unos días o unas semanas, dependiendo de tu nivel inicial de inglés, empezarás a entender a la gente mucho mejor. Mejoraras tu acento y comprenderás el inglés coloquial que usan los adolescentes y la gente en su vida cotidiana.
Evidentemente, es algo muy diferente que estar sentado en una clase y aprender inglés con un profesor. De esta manera, absorberás el idioma de forma natural y gradual como lo hace un bebé durante sus primeros meses. Hablar inglés te resultará muy fácil y natural. Pronto también soñarás en inglés.
¡Pero un año escolar en el extranjero es mucho más! Además de lograr el dominio total de un idioma, vivirás una experiencia única. Relacionarte con las personas de cultura diferente y conocer sus costumbres fomenta el respeto a otros y capacidad de integración. Aprendemos ser más tolerantes y empáticos con los demás. Saber adaptarte, ser flexible y receptivo te ayudará a aprender de las diferencias y no tener prejuicios.
Si estas pensando hacer un año escolar en el extranjero, en EE.UU., en Irlanda o en Inglaterra, probablemente tengas en mente algunas ideas preconcebidas sobre esas culturas, la vida cotidiana de esas personas, su estilo de vida, sus puntos de vista. Deja esas ideas en casa y viaja al extranjero con la mente abierta. Pronto descubrirás que la realidad es muy distinta de lo que esperabas. Reconocerás los aspectos buenos de su cultura pero también serás más objetivo con otros, que no te parecen tan buenos.
Lo mismo pasará con tu propio país y cultura. Podrás verlo desde otra perspectiva. Descubrir la cultura del país de acogida te va a enriquecer y aportarte competencias interculturales. Esto sin duda te ayudará en el futuro si decides estudiar en una universidad extranjera o si trabajas en una empresa u organización internacional.
De hecho, no sólo hablarás y escribirás el idioma perfectamente, sino que también serás capaz de adaptarte a la gente con la que estudias o trabajas, entender y considerar su punto de vista, y ser capaz de adaptar tu comportamiento y estilo de trabajo a ellos. Toda una ventaja para tu vida futura en un mundo tan globalizado.
Es un crecimiento personal constante que te aportará madurez, confianza en sí mismo e independencia. Tener que salir de tu zona de confort y afrontar situaciones nuevas tú solo, puede parecer algo duro al principio, pero te ayudará a ser independiente. Es normal que al principio te encuentres un poco perdido, pero es algo que a la larga te hará sentir más realizado y estar orgulloso de tus logros.
Un año académico lejos de tu país requiere responsabilidad y un esfuerzo constante. Saber escuchar los consejos de tu entorno más cercano, respetar las normas de convivencia y tener una actitud positiva te ayudará a establecer amistades verdaderas. Cuando estas lejos de tu familia te sientes inseguro y vulnerable, sobre todo al principio. Esto hace que los lazos con la gente sean más fuertes y duraderos. Estar muy motivado, con ganas de empaparse de la cultura del país y vivir cada día como un nuevo aprendizaje, es la mejor manera de aprovechar esta experiencia.
Los padres de nuestros estudiantes de intercambio nos cuentan a menudo cómo sus hijos han “crecido” durante su año escolar en el extranjero. Afirman que estar lejos de casa y tener que enfrentarse por sí mismos a muchos retos les prepara realmente para ser estudiantes universitarios más seguros de sí mismos. Verás que al volver a casa después de un intercambio escolar en el extranjero, serás más comprometido con tus estudios porque tienes una mejor idea de lo que te gusta estudiar. Y de lo que no te gusta también. De hecho, ahora eres más consciente del mundo de oportunidades que se te ofrece.
Con esta experiencia podrás ver cómo funcionan los sistemas educativos de otros países. Aprender y estudiar de una manera diferente puede hacer que descubras tu verdadera vocación y que te des cuenta que esa otra forma de educación se adapta mejor a ti.
Es raro que nuestros estudiantes que han pasado un año escolar en el extranjero no se planteen volver a estudiar o hacer la carrera universitaria en el extranjero. O piensan hacer una carrera internacional en España. O incluso se imaginan viviendo y trabajando en el extranjero durante un tiempo. Aunque es posible que no lo hayas pensado antes de irte al extranjero y hacer el intercambio, puede que ahora esta te parezca la opción más natural para ampliar tus oportunidades de estudio.
Además, ahora tienes los conocimientos necesarios para elegir entre los programas de estudios que se ofrecen, las becas que pueden existir, los distintos tipos de alojamiento que puedes elegir y cuestiones más prácticas como la forma de solicitar un visado de estudiante.
En una palabra: ¡el mundo se abre ante ti! Has cambiado tu vida para siempre.
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