Respuesta de la chica del bañador verde

Querida mujer de la toalla de al lado:

Ante todo quiero darte las gracias, principalmente porque hayas dedicado un momento de tu tiempo en preocuparte por mí. Sinceramente, en los tiempos que corren, no es lo más habitual que una completa desconocida quiera ayudar a otra con un consejo -las mujeres parece que siempre estamos en una especie de guerra interna propia de nuestro sexo ¿verdad?-. Y es que realmente una palabra de ánimo, o incluso una reflexión personal, pueden aportar mucho a la persona que lo recibe.

He leído con calma y detenimiento tu carta, y puedo decir que si hubieras tenido que hacer un boceto sobre mí y mis miedos no lo hubieras hecho mejor, aunque me conocieras de antes. Sé que quizá no deberían estar, sé que no debería de hacerles caso, pero también sé que yo misma, al ver mi reflejo en el espejo, siento retortijones de barriga y me siento mal por no tener un cuerpo un poco más perfecto.

Ahora bien, estos complejos no surgen en nuestra cabeza de la nada, que va. Desde que tenemos uso de razón hay unas bases preestablecidas sobre lo que es bonito o feo, sobre lo que es sinónimo de belleza o sobre lo que es estético. Yo no tengo claro quien fue el influencer que llegó a definir los "benditos" cánones de belleza que aún en pleno sigo XXI siguen persiguiéndonos. Me encantaría conocerlo.

También te digo que soy una chica lista y fuerte, y que sé que esto que me pasa a mí le pasa también a muchas de mis amigas –y no es que apoye la máxima de “mal de muchos consuelo de tontos”-, cada una tenemos lo nuestro. Algunas tenemos manía a la barriguita sexy, otras quizá se obsesionan con sus gloriosas cartucheras... siempre hay algo que no nos gusta dónde está, pero aprendemos a vivir con ello.

Con esto quiero decirte que estés tranquila, que ya sé que el otro día cuando me viste me pudo la presión y la vergüenza por mostrar algunas zonas de mi cuerpo, pero en general sé que tengo seguridad en mí misma y me siento con confianza para caminar día a día en este mundo de cánones impuestos. Un día lo llevaré mejor y otro peor, pero lo intentaré, no tengas duda. Pero sí que es verdad que a veces viene genial que alguien desconocido, -en este caso tú-, te brinde unas palabras de aliento para sacar el carácter y la brillante personalidad que todas llevamos dentro.

Me ha deslumbrado esta frase: “Me gustaría poder decirte que ese cuerpo del que pareces avergonzarte es bello sólo por ser joven. ¡Qué coño! Es bello sólo por estar vivo. Por ser envoltorio y transporte de quien en realidad eres y poder acompañarte en cuanto haces”. Y aunque a veces nos venga un arranque de pérdida de memoria transitoria prometo que la voy a hacer emblema de mi vida, y voy a animar a todo aquel que tenga cerca a que lo siga. Porque al final tu cuerpo es sólo tuyo y es el envoltorio perfecto que te permite vivir.

Y ahora sí me despido, pero con la tranquilidad y la seguridad de que todavía existen personas que quieren ayudar y que se comprometen con quien tienen al lado, lo conozcan o no, que simplemente quieren ayudar y hacer de este mundo que nos rodea algo mejor.

Yo algún día también seré madre y quiero que sepas que también se lo diré TODO a ellos, TODO para que sepan que en esta vida sólo importa quiénes somos y nuestras buenas acciones. Porque así es como nos merecemos ser queridos, y así es como merecemos querer.