Jaime Soto nos recibió en Matola -pedanía de Elche- para hablarnos de su negocio familiar más preciado: Bodegas Faelo. El ahora gerente de esta modesta bodega de gran tradición, nos fue mostrando los entresijos de la elaboración del vino mediante las fotos que adornan las paredes de su casa-bodega. Su bisabuelo, su abuelo, la Dolores, su padre, su tío... Son muchas las personas que forman parte de esta historia que ahora, Jaime, nos cuenta con mucho orgullo. Desde el equipo de Ocio Magazine le agradecemos que nos haya consentido hacerle esta entrevista en la que se relata una preciosa trayectoria de generaciones amantes del campo y del buen hacer.
De una manera muy informal y cercana, Jaime Soto nos cuenta los inicios de Bodegas Faelo, una empresa familiar de Elche de más de 100 años de tradición. Jaime se remonta a la época en la que su bisabuelo hacía vino a granel para consumo propio, allá por 1930, a día de hoy todavía conservan una barrica con el primer caldo producido. De esa producción para auto abastecerse han pasado a elaborar cuatro referencias que están marcando tendencia en el mercado: Vino La Dama, L'Alba de Mar, L'Alba de Faelo, Palma Blanca y Palma Blanca Edición Oro. Si no los conoces ya sabes qué pedir en tu próxima comida o cena.
Jaime, cuéntanos, ¿cómo empezó tu bisabuelo con el vino?: Mis bisabuelos tenían una casa de campo aquí en Matola. Esta zona siempre se ha conocido por sus viñas y sus vinos, junto el área de Aspe y Crevillente. Lo normal por aquel entonces era que cada casa tuviese una pequeña bodega para abastecerse ellos mismos. El excedente lo vendían a amigos y conocidos.
¿Por qué es tan especial esta zona de Elche para las viñas?: Aquí tenemos un microclima muy interesante. Las viñas se encuentran a 50 metros sobre el nivel del mar, entonces las brumas de la mañana provenientes del mar mojan las viñas antes de que el sol apriete. Este hecho hace que, aunque no llueva, los cultivos se mantengan muy bien. Además aporta un sabor muy especial a la uva de aquí, a la moscatel sobre todo.
Y de tu bisabuelo pasó a tu abuelo Rafael...: Sí, mi bisabuelo vivía en aquella casa que hay derruida -señala una casa cercana a las Bodegas Faelo actuales-, y le construyó esta casa a su hijo Rafael, mi abuelo. Él hacía en esta bodega el vino junto a mi padre. Mi abuelo Rafael es el que le da el nombre a nuestras bodegas.
Esta es la típica casa de campo antigua, una casa amplia, con techos altos, una casa para toda la familia. Por aquellos tiempos todos los miembros de la familia ayudaban en las tareas del campo. Aquí conservamos las alforjas en las que traían aguas las mujeres, se iban a la fuente de Elche o de Alicante. En estas fotos puedes verles vendimiando. Son grandes recuerdos.
¿Cuándo empezó tu abuelo Rafael a tomar las riendas del negocio?: Mi abuelo se vino a vivir aquí en 1930, construyó su bodega y se puso a hacer vino. Él era agricultor, tenía frutales, trigo... Obviamente mi abuelo aprendió a hacer vino de su padre y lo hacía muy bien, poco a poco fue haciéndose conocido. Muchos amigos y conocidos empezaron a comprarle vino a granel y él empezó a invertir en el negocio plantando más viñas, de esta manera tenía dos ingresos: el de la agricultura y el del vino.
Después de tu abuelo vino tu padre y luego tú, Jaime ¿es así?: Sí, así es. Mi abuelo enseñó el negocio a mi padre, él era bombero pero continuó con la tradición de hacer el vino. Ellos comenzaron a dar a conocer la bodega cada vez más. Durante la fiesta de la vendimia venían los periódicos a hacer reportajes, estas fotos son de aquella época, sobre los años '80, son imágenes del Diario Información y de La Verdad.
¿Cómo fue esa cesión del negocio de tu padre a ti?: Fue natural aunque al principio no lo tenía tan claro.
¿Y eso? Cuéntanos Jaime: Durante la época de mi padre el negocio del vino a granel estaba de capa caída. Nuestro vino siempre ha sido a granel, mi padre apenas embotelló unas cuantas unidades. Un día un periodista le hizo una pregunta a mi padre durante una fiesta de la vendimia: -¿Cree usted que su hijo seguirá con la tradición?. Mi padre le miró y le contestó que no creía que el negocio siguiese con la juventud que venía. Aquella contestación me impactó muchísimo y siempre la tuve en la memoria.
Yo me metí en el negocio del calzado, a día de hoy tengo un taller, me casé, tuve hijos, y esa respuesta de mi padre seguía en mi cabeza. Empecé a darle vueltas al asunto, realmente se podía perder aquella tradición tan bonita ¿no?. Pasó el tiempo y comencé a plantearme si sería capaz de montar una bodega en condiciones. Yo no tenía ni idea de vinos, sólo sabía elaborarlos, nada más. ¿Sería yo capaz de sacar un buen vino embotellado?. Entonces me decidí, se lo conté a mi padre y éste me dio las llaves. En el año 2000 empezó todo.
¿Y cómo fueron los comienzos?: Comencé a rodearme de amigos de mi padre sumilleres para que me echasen una mano. Empezamos a consultar a enólogos y a investigar cómo se embotellaba, etc. Fuimos probando, en definitiva. Nos dimos cuenta de que la bodega no estaba preparada, necesitábamos más variedades de uva y modernizarla.
Desde el año 2000 al 2005 estuvimos haciendo diversas pruebas con las diferentes variedades de uvas que plantábamos. En el año 2005 sacamos el primer vino tinto crianza "La Dama". Teníamos claro que no podríamos elaborar vino joven debido a nuestro proceso de elaboración tan artesanal.
¿Tu planteamiento de Bodegas Faelo por aquél entonces era el mismo que ahora?: Sí, yo siempre he tenido claro que quería poca producción pero de buena calidad. De hecho la uva del vino crianza ha ido variando totalmente hasta llegar al producto final que nos convencía. Sé que lo que hago es lo que me gusta, y tengo claro lo que quiero hacer. Siguiendo esta filosofía el tiempo va dándote la razón.
Después de elaborar el tinto crianza nos metimos de lleno en el vino blanco y en el rosado. En 2011 comenzamos a comercializar nuestro vino rosado de uva Syrah 100%, L'Alba de Faelo, y fue todo un éxito. Fue una apuesta que hicimos porque no había en el mercado un vino rosado con esa uva. La especie Syrah tiene mucho potencial de color y, en aquella época, estaban de moda todos los vinos rosados muy claros. Contra todo pronóstico nuestro rosado fue un bombazo y ahora se vuelven a llevar los rosados más intensos.
La fiesta de la vendimia siempre ha sido un evento muy importante para vosotros, tanto que a día de hoy lo conserváis: Efectivamente, la vendimia era toda una fiesta, nos juntábamos toda la familia al completo para ayudar durante una o dos semanas que duraba. Venían tíos lejanos que apenas veías, primos segundos, amigos... Era una ocasión muy especial que a día de hoy queremos seguir transmitiendo, celebramos esta fiesta de "La Verema" la primera quincena de septiembre con una jornada de puertas abiertas. Con este evento queremos ofrecer a la gente la oportunidad de hacer esta actividad, y que vivan de primera mano la elaboración artesanal del vino.
Me comentabas que el proceso de elaboración es el mismo que el de tu abuelo Rafael ¿es así?: Exactamente. Nuestro proceso de elaboración del vino es, a día de hoy, igual que cuando lo hacía mi abuelo, pisando la uva y prensándola. Aquí conservamos el "afollaor" de mi abuelo y la prensa, y esto es lo que empleamos para empezar a hacer nuestros caldos. Aquí se pisa la uva, el mosto cae en la cuba y la piel se queda aquí. Cuando se llena se va pasando a los toneles para que fermente. La piel la metemos dentro de la prensa y luego lo incorporábamos a los toneles.
Se trata entonces de un producto completamente natural: En Bodegas Faelo se hace todo de la manera más natural posible, es por ello que tenemos el sello de agricultura natural. Nuestra máxima es respetar el campo todo lo posible.
¿Cuál es tu reflexión propia del negocio? ¿Por qué crees que habéis conseguido estar donde estáis ahora mismo -exportando desde 2006, presentes en cinco países desde 2007 y agotando la producción cada año-?: Yo creo que el secreto ha estado en hacer las cosas con mucha cabeza. Hoy estamos aquí porque no nos volvimos locos a la hora de construir una bodega. El estrés de que tengo que vender lo que produzco no lo tengo, yo pongo precios asequibles para que la gente las pueda disfrutar, con ese sosiego y esa calma. Pero, sobre todo, tengo que agradecer a mi familia todo lo que me ha dado, esa ha sido mi verdadera suerte, mi familia.
¿Qué futuro generacional le ves a Bodegas Faelo?: Pues muy bueno, mi hijo Jaime quiere estudiar enología y mi otro hijo, Juan, está encantado con el campo. Son jóvenes pero si siguen así seguro que aportarán muchísimo al negocio.
Una cualidad que te defina: responsable
Tu peor manía: soy despistado y tengo que comprobar todo dos veces
Un recuerdo de tu infancia: los días con la familia
Si supieses que tu vida va a acabar en 30 segundos qué dirías: ¡no puede ser!
Restaurante favorito: tengo muchos
Comida favorita: el cocido
¿Qué te llevarías a una isla desierta?: a mi mujer
¿Te gustan las películas de miedo?: para nada, no puedo con ellas
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