Nos tenemos que remontar al año 1978 para ver cómo La Abeja de Oro abría sus puertas por primera vez. Si la contemplamos en la actualidad no tiene nada que ver con ese almacén de miel y almendras al que empezaron a acercarse los vecinos de San Juan para pedir tarritos de miel. Por aquel entonces, nuestras protas eran niñas que empezaban a acoger con cariño lo que después pasaría a ser su vocación: productos naturales a la carta y un trato familiar tan especial que hace que te sientas como en casa. Bienvenidos a La Abeja de Oro.
Marifran, Pepi y Toya -3 de los 6 hermanos que conforman la familia Puigcerver – nos reciben con una amplia sonrisa, la calidez que transmiten flota en el ambiente y nosotras la percibimos desde el minuto 0. ¡Cuantísimas cosas han pasado aquí! –exclama una de ellas-. ¿Por dónde empezamos?.
Marifran, Pepi y Toya posando con el galardón otorgado por la Cámara de Comercio de Alicante al Mejor Comercio en 2008.
Empezamos por el principio, el origen de todo esto. ¿Cómo surge La Abeja de Oro?:
Pepi: Nosotros teníamos aquí un almacén de frutos secos y de miel, nuestro padre lo envasaba para los turroneros. Este mismo lugar, ya en aquel entonces, servía de almacén para guardarla y dentro teníamos una envasadora de miel. La almendra también la recibíamos aquí.
Toya: ¡Es que esto era una nave! ¡Impresionante!.
La verdad es que cuesta imaginarlo. Entonces, ¿cómo pasáis de tener un almacén a una herboristería como esta?:
Marifran: Podríamos decir que la historia de la Abeja de Oro empieza con el pueblo. Los vecinos -que sabían que aquí teníamos miel- tocaban a la puerta con su tarrito vacío y nos pedían que se lo rellenásemos de miel. Mis padres lo hacían encantados, y día tras día se dieron cuenta de que cada vez iba a más.
Entonces, mi padre pensó que podía ser buena idea coger un trocito del almacén y hacer una pequeña tienda. Era una zona en la que había 6 bidones de metacrilato de miel, y esa fue la base de lo que es hoy en día La Abeja de Oro. Automáticamente pensamos que podíamos complementar la venta de miel con el polen y los frutos secos que también manejaba nuestro padre.
Así que fue realmente para cubrir una demanda del pueblo. ¡Qué bonito!:
Pepi: De hecho, esto en un principio no era un negocio. Cuando mi padre pensó en iniciar este proyecto no lo contempló de esa forma. Mi padre es una persona a la que le gusta mucho compartir y le pareció bonito el hecho de que la gente se acercara aquí expresamente a por miel. Él quiso ponérselo fácil, simplemente.
Esta no era una tienda como tal. Era algo bonito, que a él le gustaba, y además pensó que mi madre podía trabajar aquí con gusto. Reunió aquí lo que más le gusta: los frutos secos, la almendra…
¿Y la miel? ¿Por qué todavía hoy es el producto principal de la tienda?:
Pepi: Él se fijó en la miel precisamente porque es el mundillo que lo relaciona todo: la miel, la almendra, el turrón... Realmente eran todos ingredientes del turrón. Y esa era su especialidad, él empezó con una empresa de importación y exportación de frutos secos y miel.
Toda nuestra miel es de Cocentaina. Los productores hacen trashumancia y recolectan miel de todas partes de la península, después la traen a la provincia. Tenemos distintas variedades de miel, que varían en función del arbusto o árbol del que se extrae el panal y aquí se puede comprar a granel. Cada una posee unas propiedades nutricionales concretas, pero lo que las une es la alta calidad de todas ellas y la tranquilidad de saber que se han producido de manera artesanal y respetando el medio ambiente.
Imagino que tu padre seguía a parte con sus otros negocios. ¿A qué se dedicaba exactamente?:
Marifran: Él es profesor mercantil y agente exportador de frutos secos. Por ello, la que empezó con la tienda realmente fue nuestra madre. Ella abría cuando podía, porque antes tenía que encargarse de nada más y nada menos que 6 hijos (risas). Venía con su bici y trabajaba cuando podía, estuvo aquí 5 años. Después dejó de venir y empezó a hacerlo nuestro hermano mayor, Juan.
Un negocio familiar 100%. ¿Cómo decidisteis empezar a llevarlo vosotras?:
Toya: Aquí cada una tiene una función. En mi caso acabé mis estudios y me metí en una carrera que no me motivaba así que decidí venir a ayudar a mi madre aquí a la Abeja con 19 años, y hasta hoy (risas).
Mi perfil es comercial, me gusta vender lo que tengo, que no es el producto solo; es nuestro equipo humano y todo lo que aportan día a día. Durante estos 40 años han ido acoplándose las piezas esenciales para que esto funcione, y no hablo de lo material si no de las personas, que en este caso, son mi familia.
Por lo que sabemos, vuestra atención al cliente es excepcional. ¿Cómo lo conseguís?:
Toya: Esto es un asesoramiento de salud y de belleza. Y para eso hay que escuchar. Además tenemos a Paqui, que lleva con nosotros ya 30 años, es también parte de la familia como ves (risas). Paqui es nutricionista y esteticista. ¡Sabe de todo! Y lo más importante, tiene mucha psicología, sabe escuchar que hoy en día es muy importante. Fue ella la que empezó con las dietas, y ahora continúa también su hija Arancha, nuestra nutricionista actual. Lo hacen todo de forma muy personalizado a cada cliente.
¡Lo cierto es que tenéis la tienda repleta de porductos! ¿Cómo gestionáis todo esto?:
Pepi: ¡De eso me encargo yo! (risas). Yo trabajo la gestión del producto, la contabilidad y demás. Estudié Empresariales, así que empecé a trabajar con mi padre en sus oficinas, desde ahí gestionábamos todos los negocios de la empresa de nuestro padre. Una de ellas, era esta: La Abeja de Oro en sus inicios era una pequeñísima parte de la facturación de la empresa de mi padre, por eso yo siempre digo que no era un negocio planteado como tal, era una ilusión, algo bonito que quisimos crear para disfrutar.
Recuerdo con cariño aquellos años en las oficinas de mi padre, con respecto a la Abeja todo estaba bien, funcionaba y era muy bonito. A día de hoy me dedico plenamente a ella.
Además de la miel, tenéis una gran cantidad de extractos naturales, hierbas, complementos dietéticos, cosmética natural... ¿Cómo habéis evolucionado hasta este punto?:
Toya: Para mí el punto de partida fue la espirulina, ahí fue un poco donde empezó todo. Es un tipo de alga fuente de muchísimas propiedades nutricionales. En su día fue un reclamo del cliente y de ahí hacia arriba. Nuestra evolución se ha basado en escuchar lo que el cliente nos pedía. A lo mejor si no les hubiésemos prestado atención hoy en día no estaríamos aquí.
Con toda la revolución informativa que ha supuesto Internet y las redes sociales a la hora de alimentarnos, supongo que habréis notado un cambio en la conciencia del cliente:
Pepi: Ahora hay mucha más competencia, antes era todo más sencillo porque el mercado era distinto, más especializado. Ahora hay mucho de todo en todas partes, y hay que diferenciarse.
El propóleo por ejemplo, que era algo que hace unos años sonaba a chino, a día de hoy hay en todas partes, pero claro, hay que ver qué calidad tiene cada producto.
He visto que tenéis muchos productos basados en propóleo, ¿cuáles son sus beneficios?:
Toya: El propóleo es el antibiótico natural por excelencia. Gracias a él la miel de las colmenas es apta –de manera natural- para el consumo humano. Es la sustancia que protege la colmena de las invasiones bacterianas y por ende el producto de esta.
Y vosotras, ¿cómo conseguís que no pare de entrar gente en todo el día?:
Marifran: Nosotras pensamos que la clave está en que nuestros clientes encuentren aquí un lugar de apoyo al que quieran volver. Hemos crecido según lo que se pedía en cada momento, en cada estación y poco a poco se ha visto reflejado en una clientela fidelizada.
Además, trabajamos con los productos que consideramos son los mejores, y siempre procuramos que sean de origen nacional, creo que esto es algo que genera mucha confianza.
Toya: Además, hemos creado la marca Abeja de Oro. Tenemos un laboratorio en Valencia que nos envasa los extractos naturales que luego vendemos bajo nuestra marca. Hemos trabajado siempre con ellos, desde el principio. Tenemos la tranquilidad de estar muy bien respaldados por todos nuestros proveedores.
Las personas que están detrás de estos coproductos, son claras, sencillas, transparentes… Se encargan de tener siempre lo mejor, es decir, si el mejor argán está en Marruecos pues se van allí a por él. Y así con todo.
¿Con qué tipo de filosofía alimenticia trabajáis normalmente?:
Toya: La alimentación macrobiótica es súper importante. Esa que mencionba Elsa Pataki en la famosa entrevista de El Hormiguero (risas). Ella explicó cómo este tipo de dieta le había dado el equilibrio y los aportes nutricionales necesarios para sentirse bien. Aquí la recomendamos mucho.
He visto que también hacéis adornos y regalos, muy bonitos por cierto:
Marifran: ¡Mi turno! (risas).Yo estudié Interiorismo. Después me estuve dedicando al sector de regalos, marketing... Siempre me ha gustado mucho la imagen. En los inicios de la Abeja de Oro, cuando estaba mi madre, pues siempre venía en Navidades y hacía paquetitos regalo con la miel. También hacía los escaparates, entonces venía y ayudaba como parte de la familia, pero más enfocada a esto.
Durante una temporada trabajé en una empresa de decoración enfocada al sector de la pastelería y restauración. En una ocasión, mi hermano venía de una feria de decoración en Italia y me dijo que me fuese con él allí, estuve trabajando con una decoradora súper top, muy conocida en Italia, y me enseñó de todo en lo que se refiere a decoración, colores, volúmenes…Y entonces conocimos a una empresa italiana que hacía unas tiendas preciosas, así que en 2004, cuando reconstruimos La Abeja de Oro, decidimos hacer la decoración con ellos.
¿Reconstruisteis La Abeja de Oro?:
Marifran: Sí (risas), este lugar era una nave, un almacén. En 2004 se construyó el edificio en el que estamos ahora mismo y nosotras aprovechamos para ampliar y cambiar la estética de la tienda. Lo hicimos radicalmente, nosotras teníamos una imagen como de herboristería de toda la vida, pero queríamos cambiar.
Estuvimos viendo las tiendas de dietética y herboristerías de Barcelona, Madrid y otras grandes ciudades europeas y nos fijamos un poco en ellas. Yo entré aquí en 2004, y ahora mismo soy la responsable de la imagen y el marketing, también preparamos lotes personalizados muy bonitos para ocasiones especiales. No es muy común que en una herboristería se hagan temas de regalitos y tal.
Cierto. La verdad es que tenéis muchas cosas para hacer un bonito regalo:
Toya: Y si no sabes qué regalar, también hacemos tarjetas regalo. Cuando no sabes qué regalar coges la tarjeta y listo. Eso sí, siempre con una conciencia de lo ecológico, la gente viene buscando la cosmética natural, sobre todo.
Tenéis un montón de servicios además de lo que se puede encontrar en tienda a simple vista. Contadme más sobre esto:
Marifran: Así es. En el interior de la tienda disponemos de varias salas en las que se desempeñan distintas especialidades. Hay varias cabinas en los que haemos tratamientos de belleza mediante presoterapia, tratamientos drenantes...
¡Vaya! Tenéis de todo. ¿En que consiste la consulta al naturópata?:
Toya: La naturopatía es la medicina china. Es una alternativa al médico de cabecera, se prescriben complementos dietéticos que son todos los productos que ves aquí, en la tienda. Eduardo, nuestro naturópata, te chequea, te hace una revisión y detecta inflamaciones en los órganos, todo lo que tenga que ver con tu salud. Hay clientes que llevan viniendo al naturópata desde hace muchos años.
Evidentemente esta es una disciplina alternativa pero no sustituyente de la medicina convencional. Lo ideal es que los pacientes vengan de forma preventiva, para mejorar su salud y bienestar sin necesidad de recurrir a un fármaco si no mediante productos naturales.
El hecho de que pongáis en tan alta estima lo que os demandan vuestros clientes me parece un detallazo, no me extraña que hablen de vosotros con tanto cariño:
Toya: Hay que decir que si no estuviésemos en San Juan esto no hubiese sido igual. Nosotras nos hemos críado aquí, conocemos a mucha gente. Nos han acogido siempre con un cariño especial. Definitivamente, esto no habría sido lo mismo en otro sitio.
¿Cómo definís vosotras un buen hábito para vivir de forma saludable?:
La Abeja de Oro, sin duda (risas). Aquí tenemos las herramientas adecuadas para vivir de una forma saludable: un compendio de dietética y belleza. A través de la naturopatía, la nutrición, la psicología... te enseñamos cómo crear y mantener un estilo de vida saludable para que te sientas bien por dentro y por fuera.
Después de vuestra trayectoria en este mundillo, ¿qué mensaje lazaríais a la sociedad en lo referente a alimentación?:
Marifran: Yo les diría que esto es cuestión de educarse, que hay que ir poquito a poco. Nosotras no estamos a favor de los cambios radicales si no de los hábitos saludables, del buen asesoramiento por parte de nuestros profesionales especializados, de los productos naturales con garantías. Todo hecho con mucho mimo. Hay que tomar conciencia y cuidarse desde ya, de manera preventiva, no cuando ya tienes un problema.
Pepi: A mi me gustaría añadir que aquí no hay métodos estándar, cada persona es especial.
¡Totalmete de acuerdo! Nos ha encantado esta entrevista, ha sido muy instructiva. Agradecemos a las hermanas Puigcerver el gusto y el cariño con el que nos han atendido. Nos vamos de aquí con varias lecciones en mente: la naturaleza es sabia y escuchando a profesionales como los que encontramos en la Abeja de Oro podemos aprender muchísimo sobre nuestro cuerpo y sobre cómo cuidarnos. Pero sobre todo, hemos visto reflejado en las caras de nuestras protagonistas que cuando haces algo con ilusión y cariño nada ni nadie te puede parar. ¡Por otros 40 años de miel chicas!
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